miércoles, 9 de marzo de 2016

¿CÓMO AFECTA WHATSAPP AL DESARROLLO DE NUESTROS HIJOS?

¿Cuándo fue la última vez que nuestros hijos estuvieron un día entero sin utilizar el Whatsapp? Esta herramienta de mensajería se ha convertido en su aplicación favorita e inseparable; sin embargo, ¿somos conscientes de que genera problemas de dependencia y control hacia su entorno?, por no mencionar su negativa repercusión en sus estudios, fomentando la  distracción y la falta de concentración.

Adolescentes y adultos utilizan cada día más las nuevas tecnologías porque les gustan, les sorprenden. Lo extraño sería no usarlas, ya que facilitan la comunicación con el mundo. Sin embargo, el abuso de estas tecnologías, como por ejemplo el Whatsapp, puede terminar causándonos problemas personales, de pareja, sociales, dificultades de estudio. Dafné Salamé Palencia, Psicóloga Sanitaria, nos proporciona información sobre las repercusiones de esta herramienta y las medidas que podemos tomar desde nuestros hogares.

1-  Obsesionados con la respuesta inmediata. Con la última función incorporada a esta aplicación, verificar si tu mensaje enviado ha sido leído por el destinatario, aumenta su uso irracional y como medio de control hacia los demás. A todos nos suena la típica frase: «No me contesta y lo ha leído». No es bueno que los chicos se acostumbren a una respuesta inmediata, dejándose llevar por la impaciencia. Enseñarles a ser más pausados enriquece mucho más que vivir obsesionado con los minutos y segundos.

2-      Los gestos, el tono de voz, la mirada... En ocasiones, la situación se descontrola y acaba acarreando problemas obsesivos, adición, ansiedad, depresión... Hasta el punto de no comprender comportamientos de los demás, que terminan provocando conflictos sociales, amorosos o malentendidos por sacar conclusiones apresuradas, debido a que la aplicación nos limita al mensaje escrito, perdiendo elementos claves de la comunicación –gestos, tono de voz, mirada...–. Es muy importante saber discernir cuándo debemos parar, cortar, una conversación ‘online’ para mantenerla en persona.

3- Controlados y controladores. Paradójicamente, a los adolescentes no les gusta ser controlados por los padres, sin embargo, les encanta controlar a sus amigos o parejas. Esta costumbre de control no es positiva ni para el ‘controlador’ ni para el ‘controlado’.

4-  Distracción y bajo rendimiento escolar. Ni que decir tiene que Whatsapp se está convirtiendo en un obstáculo ante los resultados académicos de nuestros hijos. Es uno de los principales motivos de distracción en los estudios y del bajo rendimiento escolar, sin comentar su uso en los centros educativos durante horario escolar. Ser estrictos en el momento de estudiar es clave: los chavales deben dejar el teléfono móvil fuera de la habitación y limitar su uso a los descansos.

5-      Los padres, siempre atentos y precavidos. Como ante toda información que viaja por la Red, debemos ser precavidos. Internet no siempre es lugar seguro; debemos hacerles comprender a nuestros hijos que no todas las apariencias son reales y que debemos cuidar lo que se intercambia y se publica por su seguridad y privacidad propia. Hay que permanecer muy atentos, nuestros hijos pueden estar sufriendo ‘ciberbulling’ (acoso en la Red) de forma camuflada y difundiendo determinados mensajes peligrosos para su seguridad.


6-   Por un uso racional y responsable. Evidentemente, no podemos transmitir a nuestros hijos que la tecnología en su globalidad es perjudicial para los estudios o las relaciones sociales; pero sí debemos aprender y saber educarlos en su buen uso, sobre todo, en estos tiempos que corren, que exigen a los jóvenes estar presentes en las redes para su propio desarrollo personal y profesional.