lunes, 1 de mayo de 2017

CÓMO POTENCIAR LA CREATIVIDAD DE NUESTROS HIJOS

Basándonos en la pedagoga y profesora asociada de la Facultad de Educación de Zaragoza Clara García Abós, asumimos que la creatividad es un valor en alza en momentos difíciles ante la esperanza de encontrar respuestas nuevas y mejores. Los niños continuamente nos sorprenden con propuestas creativas. Sin embargo, muchos adultos sentimos que somos poco creativos, y nos preguntamos cómo podemos ayudar a nuestros hijos para que mejoren su imaginación, su curiosidad, su flexibilidad mental... y sean capaces de dar respuestas valiosas a diferentes situaciones personales y sociales.
Para lograrlo, a continuación se ofrecen algunas propuestas que podemos seguir para estimular el desarrollo de la creatividad en nuestros hijos:
- Creatividad en todos los ámbitos. Solemos relacionar la creatividad con el arte y sus manifestaciones. Pero cualquier ámbito puede propiciarla y, muchas veces, es en esa unión de ámbitos donde se produce. Cocina y matemáticas, conflictos familiares y lenguaje... son binomios que pueden servir de ejemplo.
- Participar en la toma de decisiones. En ocasiones no sabemos cómo actuar: ¿Cómo decoramos la pared de su cuarto?... Un análisis de sus propuestas –ante este tipo de situaciones– desde una perspectiva abierta y la aceptación de sus ideas fortalece su seguridad y su interés por crear.
- Propuestas con condiciones. La creatividad se crece ante las dificultades. Mejor que darle un folio en blanco para que dibuje es pedirle que incluya ciertas figuras geométricas en el dibujo. Esforzarse por cumplir las condiciones de partida es importante en el proceso de aprendizaje de la creatividad.

- Juegos creativos. Hay que jugar con propuestas divergentes: «Inventemos frases sobre peces solo con la vocal ‘e’». También es muy útil la proposición ‘Y sí...’ Por ejemplo: «Y si... se me hubiera olvidado sumar ¿qué pasaría?». En estas propuestas lúdicas se exige que se acaten las reglas. Los viajes en familia son estupendos para ponerlas en práctica.
- Fijar y evaluar condiciones. Si les decimos si sus propuestas son buenas o no, entenderán que el criterio es de los adultos. Ellos deben aprender a valorar si deben continuar con una idea o desecharla, así que es importante analizar juntos si hemos cumplido las condiciones de partida y si el proceso y el producto son valiosos para lo que buscábamos. No podemos aplicar nuestros criterios poco creativos y tenemos que aceptar que si la propuesta era pintar una casa con espaguetis, ésta puede ser redonda, lo que no podemos aceptar es que esté pintada con pincel.
- Propuestas abiertas. Muchos de los juegos, especialmente los relacionados con las tecnologías, llevan a los niños por un camino único y su objetivo es acertar la respuesta correcta o hacer algo en menos tiempo. El niño no puede inventar nada, no se le presentan opciones. Tenemos que hacerles otras propuestas más abiertas como juegos de estrategia, cooperación o de resolución de problemas.
- El error forma parte del proceso. Tienen que aprender a planificar, a probar, a valorar el resultado... y a equivocarse. El error es una importante fuente de aprendizaje cuando es producto de una experimentación planificada, cuando es un paso para saber que ese camino no es el mejor y pensar qué tendremos que mejorar para encontrarlo.
- Valorar el proceso y el producto. Si los niños son muy pequeños nos centraremos más en el proceso, para que aprendan a disfrutar probando, y el valor o la relevancia del resultado será un aspecto secundario. Conforme crecen deben aprender a evaluar durante el proceso si están realmente aplicando las normas de la creatividad: originalidad y valor.
- Lenguaje y humor. El lenguaje es la herramienta del pensamiento (Vigotsky). Un vocabulario amplio, la capacidad de expresar correctamente una idea, la buena organización de la información, son herramientas que favorecen el proceso creativo. En cuanto al humor: es un triunfo de la creatividad. Supone unir planos que no estaban juntos, provocando una chispa en nuestro cerebro. Por eso, el ver o escuchar frases ingeniosas, chistes, viñetas humorísticas ayuda a nuestro cerebro creativo y nos acerca a que seamos capaces de crearlos.

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