jueves, 18 de mayo de 2017

QUITAR EL PAÑAL Y EL CHUPETE

¿CÓMO QUITAR EL PAÑAL?
La pedagogía Montessori se basa en respetar el ritmo de desarrollo del niño. Los peques tienen una capacidad innata para aprender, por lo que la tarea de los padres es facilitarles un entorno seguro y lleno de estímulos donde el niño pueda desarrollar sus habilidades. Algo que no debemos olvidar cuando realicemos la retirada del pañal.
El control de esfínteres (pipí y caca) se suele producir entre los 2 y 3 años de edad, aunque algunos niños pueden hacerlo más tarde por muchas razones: nacimiento de un hermano, comienzo de la guardería, cambio de horarios de los padres, cambio de casa, enfermedad, etc. Para llevar a cabo este importante cambio se necesita tiempo y paciencia.
CUÁNDO INICIAR EL ENTRENAMIENTO
Cuando el niño puede colaborar, generalmente alrededor de los 2 años.
  1. Tiene suficiente preparación física: puede caminar sin ayuda, tiene una buena coordinación de las manos, sabe subirse o bajarse los pantalones, etc.
  2. Ya es capaz de seguir instrucciones: por ejemplo, sentarse en una silla, levantarse, imitar a alguien.
  3. Controla la vejiga: se nota que el niño orina bastante de una vez (no en pequeñas cantidades y frecuentes), se mantiene seco durante 2 ó 3 horas y se da cuenta de que va a orinar por los gestos o postura que pone.

ORIENTACIONES PARA QUE LA RETIRADA DEL PAÑAL FLUYA CON NATURALIDAD:
  1. Asegúrate de que el pequeño esté listo, sin importar su edad. Lo ideal es hacerlo cuando el pequeño esté preparado para controlar sus esfínteres, independientemente de su edad. Algunos alcanzarán esa madurez fisiológica antes y otros tardarán un poco más. Violentar ese proceso sólo generará frustración en los padres y malestar en el niño.
  2. Olvídate de la estación del año. Es cierto que durante el verano es más fácil retirar el pañal porque el pequeño lleva menos ropa, pero no hay ninguna necesidad de comenzar su retirada sólo porque la temperatura es idónea. Si el niño está preparado para dejar el pañal en pleno invierno, no debe suponer ningún problema.
  3. Coloca todo lo necesario al alcance de su mano. Es fundamental desarrollar la autonomía del niño, y para ello es importante que tenga al alcance de su mano todo lo que necesita, ya sea un orinal, un escalón para que pueda subir al váter o unas toallitas húmedas. De esta manera el pequeño no dependerá de sus padres. También sería conveniente que la ropa que le pongas sea fácil de quitar y poner, así el pequeño no tendrá que forcejear cuando llegue el momento de ir al baño y reducirás el riesgo de que se produzcan “escapes”. También colocar algunos cuentos para que pueda leer mientras está sentado, ideal si son relacionados con esta nueva etapa. 
  4. Enséñale desde pequeño. En la pedagogía Montessori los espejos tienen un papel importante, por lo que puedes usarlos para brindarle a tu hijo un papel más activo desde pequeño. Por ejemplo, puedes cambiarle frente a un espejo, de manera que vea tus movimientos y vaya aprendiéndolos. La idea es que le hagas partícipe cada vez que le cambies el pañal, puedes preguntarle cuál desea usar, mostrarle la diferencia entre los pañales secos y mojados e irle enseñando a lavarse las manos, motívale a que sea independiente. Considera que si el niño ya sabe quitarse la ropa y asearse, la retirada del pañal será mucho más fácil.
  5. Podemos ir con el niño a comprar el orinal o aplicadores para el WC (reductor para ponerlo en la taza y escalón para que apoye los pies). De este modo le estamos motivando e implicando en el cambio.
  6. No utilizar premios ni castigos. La retirada del pañal no es una competencia, no es necesario plantearlo como un reto para que el niño logre ir al baño solo en la menor cantidad de días posible. De hecho, tampoco se deben utilizar premios ni castigos ya que el pequeño debe ver este proceso como algo normal en su desarrollo. Obviamente, tampoco se le debe regañar. No hay que castigar, discutir o avergonzar al niño si hay un “fallo”. Los niños aprenden a base de repetir las cosas, sobre todo si son agradables. Los padres deben estar preparados para los retrocesos y restarles importancia.
  7. No obligarle a usar el váter. Algunos padres sientan a los niños en el váter como si fuera un castigo, pero de esta manera sólo lograrán sentar un precedente negativo y en algunos casos incluso pueden desarrollarse malos hábitos que causen estreñimiento. En su lugar, necesitamos crear una rutina de micción, es decir, poner un horario e ir preguntándole cada 2/3 horas (va bien el fin de semana que tenemos más tiempo). Comunícaselo con paciencia, él casi no tiene un lenguaje desarrollado; explícaselo en forma de cuento. Si no le gusta utilizar el orinal o WC se puede acompañar ese momento con algún muñeco o música. No debe tener miedo y si hiciera pis o caca, hay que abrazarle y darle la enhorabuena. Enséñale que vosotros también hacéis pis y caca en el wáter. Los niños aprenden por imitación, si te sientas y le enseñas, él también lo hará sin miedos.
  8. El pañal de la noche siempre tardará más en su retirada, no hay que desesperarse porque con ello le traspasamos nuestras angustias y empeoramos una situación que en principio es muy sencilla. Cuando lleve días con el pañal seco ya puedes quitárselo, pero hay que seguir recordándoselo cada 3 horas (puede haber escapes en cualquier sitio de la casa, hay que informarle y que nos ayude a recogerlo pero sin darle más importancia). Si aparece húmedo o muy mojado no conviene retirarlo porque el niño va a mojar las sábanas y puede enfriarse lo que va a ser peor.
  9. Recuerda que es su proceso, no el tuyo. Tu hijo será quién te indique cuándo desea dejar el pañal, tu misión se limita a acompañarlo en el proceso. De hecho, es fundamental que no intentes acelerar este aprendizaje sino que te armes de paciencia. No abordes la retirada del pañal como una obligación, preséntaselo a tu hijo como un proceso natural, en el que va ganando autonomía. Explícale que ya es mayor, que ya puede usar el váter y que vamos a empezar a quitar el pañal motivándole a ello.

¿CÓMO QUITAR EL CHUPETE?
Cerca del 85% de los bebés usan chupetes, un hábito que les infunde tranquilidad y les permite aliviar las tensiones. Sin embargo, lo ideal es plantear pronto su retirada. Para ello no se puede pretender que el bebé deje el chupete de un día para otro, se trata de un hábito que le da seguridad y confianza, por lo que no siempre es fácil eliminarlo.
Debéis emprender este proceso con paciencia y sin obsesionaros con ello.
Casi nada se consigue con los niños de un día para otro, sobre todo cuando el nivel de dependencia es elevado. Lo mejor es prevenir el problema. Para ello es fundamental comenzar su retirada entorno a los 12 meses. En ese momento en el que el bebé se pone de pie y empieza a explorar el mundo en bipedestación, su universo se amplía y podemos aprovechar otros estímulos para entretenerle.
Al inicio será mejor que no se lo quitéis del todo, hacedlo de forma paulatina. Por ejemplo, podéis dárselo sólo por las noches cuando va a dormir y para momentos de estrés o cansancio importantes. Eso sí, es importante que converséis este cambio con el niño y que le expliquéis que como se está haciendo mayor, va siendo hora de dejar el chupete.
A menudo es de gran ayuda pactar una fecha a partir de la cual comenzarán a aplicarse los cambios.
Más adelante, entre los 18 y los 24 meses, máximo a los 2 años y medio, está bien plantear la retirada definitiva. El niño nunca va a estar preparado, no lo vais a poder consensuar, ya que la retirada del chupete es una decisión adulta.
Es importante recordar que hasta los dos años el chupete no provoca ningún daño, pero si a los tres años el niño no ha abandonado este hábito, podría afectar su respiración y masticación. Además de las conocidas malformaciones dentales, también se ha demostrado que el chupete entorpece la adquisición del lenguaje.
Poner una fecha límite e ir trabajando para conseguir el objetivo es una buena táctica. Y como en casi todo lo relacionado con la crianza, con más o menos dificultad y/o noches difíciles todo el mundo lo acaba consiguiendo.

CLAVES PARA QUITAR EL CHUPETE:
No tenemos la clave del éxito pero podemos citar algunas ideas que ayudan:
  • No quitarlo de golpe. Mentalizar al niño y aseguraros que lo ha entendido. Se puede contar con la ayuda de los Reyes Magos, Ardilla Pilla, el Ratoncito Pérez, el Hada de los Chupetes… para que se lleven el chupete.
  • No hacerlo coincidir con otros cambios importantes como quitar el pañal, cambiarle de la cuna a la cama, cambiarle de habitación, el comienzo de la guarde o el cole o la llegada de un nuevo hermanito.
  • Asegurarse de que contáis con tiempo y grandes dosis de cariño y paciencia.
  • No ceder y volvérselo a dar, porque perderíais toda la credibilidad y la segunda vez sería mucho más complicado.
  • Reforzar su autoestima: repetirle que ya no lo necesita, que ya es mayor, que lo está haciendo muy bien.
  • Buscar un sustituto que le dé seguridad, como un Dou Dou.
SE DEBE EVITAR:
Muchos padres optan por tirar el chupete o por untarle sustancias amargas. Ten presente que estas estrategias normalmente son contraproducentes, ya que pueden pueden consolidar aún más la necesidad del chupete. De hecho, a menudo los niños optan por chuparse el dedo, un hábito que es aún más difícil de erradicar y que aumenta considerablemente el riesgo de desarrollar malformaciones dentales.

1 comentario:

  1. Hola, dejo por aquí una alternativa por si os interesa. Es un cuento en el que se dice adiós al chupete a través de una historia donde se transmiten valores como la empatía, la superación al apego… http://loscuentosdepanapa.blogspot.com.es/2015/01/el-hada-de-los-chupes.html ¡Suerte!

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