¿CÓMO QUITAR EL PAÑAL?
La pedagogía Montessori se basa en respetar el ritmo de
desarrollo del niño. Los peques tienen una capacidad innata para aprender,
por lo que la tarea de los padres es facilitarles un entorno seguro y lleno de
estímulos donde el niño pueda desarrollar sus habilidades. Algo que no debemos
olvidar cuando realicemos la retirada del pañal.
El control de esfínteres (pipí y caca) se suele producir entre los 2 y
3 años de edad, aunque algunos niños pueden hacerlo más tarde por muchas razones: nacimiento de un
hermano, comienzo de la guardería, cambio de horarios de los padres, cambio de
casa, enfermedad, etc. Para llevar a cabo este importante cambio se necesita tiempo y paciencia.
CUÁNDO INICIAR EL ENTRENAMIENTO
Cuando el niño puede colaborar, generalmente alrededor de los 2 años.
- Tiene suficiente preparación física:
puede caminar sin ayuda, tiene una buena coordinación de las manos, sabe
subirse o bajarse los pantalones, etc.
- Ya es capaz de seguir
instrucciones: por ejemplo, sentarse en una silla, levantarse, imitar a
alguien.
- Controla la vejiga: se nota
que el niño orina bastante de una vez (no en pequeñas cantidades y
frecuentes), se mantiene seco durante 2 ó 3 horas y se da cuenta de que va
a orinar por los gestos o postura que pone.
ORIENTACIONES PARA QUE LA RETIRADA DEL PAÑAL
FLUYA CON NATURALIDAD:
- Asegúrate de que el pequeño esté listo, sin importar su edad. Lo ideal es hacerlo
cuando el pequeño esté preparado para controlar sus esfínteres,
independientemente de su edad. Algunos alcanzarán esa madurez fisiológica
antes y otros tardarán un poco más. Violentar ese proceso sólo generará
frustración en los padres y malestar en el niño.
- Olvídate de la estación del año. Es cierto que durante el verano es más fácil retirar el pañal porque el pequeño lleva
menos ropa, pero no hay ninguna necesidad de comenzar su retirada sólo
porque la temperatura es idónea. Si el niño está preparado para dejar el
pañal en pleno invierno, no debe suponer ningún problema.
- Coloca todo lo necesario al alcance de su mano. Es fundamental
desarrollar la autonomía del niño, y para ello es importante que tenga al
alcance de su mano todo lo que necesita, ya sea un orinal, un escalón para
que pueda subir al váter o unas toallitas húmedas. De esta manera el
pequeño no dependerá de sus padres. También sería conveniente que la ropa
que le pongas sea fácil de quitar y poner, así el pequeño no tendrá que
forcejear cuando llegue el momento de ir al baño y reducirás el riesgo de
que se produzcan “escapes”. También colocar algunos cuentos para que pueda
leer mientras está sentado, ideal si son relacionados con esta nueva
etapa.
- Enséñale desde pequeño. En la pedagogía
Montessori los espejos tienen un papel importante, por lo que puedes
usarlos para brindarle a tu hijo un papel más activo desde pequeño. Por
ejemplo, puedes cambiarle frente a un espejo, de manera que vea tus
movimientos y vaya aprendiéndolos. La idea es que le hagas partícipe cada
vez que le cambies el pañal, puedes preguntarle cuál desea usar, mostrarle
la diferencia entre los pañales secos y mojados e irle enseñando a lavarse
las manos, motívale a que sea independiente. Considera que si el niño ya
sabe quitarse la ropa y asearse, la retirada del pañal será mucho más
fácil.
- Podemos ir con el niño a comprar el orinal o aplicadores para el WC
(reductor para ponerlo en la taza y escalón para que apoye los pies). De
este modo le estamos motivando e implicando en el cambio.
- No utilizar premios ni castigos. La retirada del pañal
no es una competencia, no es necesario plantearlo como un reto para que el
niño logre ir al baño solo en la menor cantidad de días posible. De hecho,
tampoco se deben utilizar premios ni castigos ya que el pequeño debe ver
este proceso como algo normal en su desarrollo. Obviamente, tampoco se le
debe regañar. No hay que castigar, discutir o avergonzar al niño si hay un
“fallo”. Los niños aprenden a base de repetir las cosas, sobre todo
si son agradables. Los padres deben estar preparados para los retrocesos y
restarles importancia.
- No obligarle a usar el váter. Algunos padres sientan a los
niños en el váter como si fuera un castigo, pero de esta manera sólo
lograrán sentar un precedente negativo y en algunos casos incluso pueden
desarrollarse malos hábitos que causen estreñimiento. En su lugar,
necesitamos crear una rutina de micción, es decir, poner un horario e ir
preguntándole cada 2/3 horas (va bien el fin de semana que tenemos más
tiempo). Comunícaselo con paciencia, él casi no tiene un lenguaje desarrollado;
explícaselo en forma de cuento. Si no le gusta utilizar el orinal o WC se
puede acompañar ese momento con algún muñeco o música. No debe tener miedo
y si hiciera pis o caca, hay que abrazarle y darle la enhorabuena. Enséñale
que vosotros también hacéis pis y caca en el wáter. Los niños aprenden por
imitación, si te sientas y le enseñas, él también lo hará sin miedos.
- El pañal de la noche siempre tardará
más en su retirada, no hay que desesperarse porque con ello le
traspasamos nuestras angustias y empeoramos una situación que en principio
es muy sencilla. Cuando lleve días con el pañal seco ya puedes quitárselo,
pero hay que seguir recordándoselo cada 3 horas (puede haber escapes en
cualquier sitio de la casa, hay que informarle y que nos ayude a recogerlo
pero sin darle más importancia). Si aparece húmedo o muy mojado no
conviene retirarlo porque el niño va a mojar las sábanas y puede enfriarse lo que va a
ser peor.
- Recuerda que es su proceso, no el tuyo. Tu
hijo será quién te indique cuándo desea dejar el pañal, tu misión se
limita a acompañarlo en el proceso. De hecho, es fundamental que no
intentes acelerar este aprendizaje sino que te armes de paciencia. No
abordes la retirada del pañal como una obligación, preséntaselo a tu hijo
como un proceso natural, en el que va ganando autonomía. Explícale que ya
es mayor, que ya puede usar el váter y que vamos a empezar a quitar el
pañal motivándole a ello.
¿CÓMO QUITAR EL CHUPETE?
Cerca del 85% de los bebés
usan chupetes, un hábito que les infunde tranquilidad y les permite aliviar las tensiones. Sin
embargo, lo ideal es plantear pronto su retirada. Para ello no se puede
pretender que el bebé deje el chupete de un día para otro, se trata de un
hábito que le da seguridad y confianza, por lo que no siempre es fácil
eliminarlo.
Debéis emprender este proceso con paciencia y sin obsesionaros con ello.
Casi nada se consigue con los niños de un día para otro, sobre todo
cuando el nivel de dependencia es elevado. Lo mejor es prevenir el problema. Para
ello es fundamental comenzar su retirada entorno a los 12 meses. En ese momento en el que el
bebé se pone de pie y empieza a explorar el mundo en bipedestación, su universo
se amplía y podemos aprovechar otros estímulos para entretenerle.
Al inicio será mejor que no se lo quitéis del todo, hacedlo de
forma paulatina. Por ejemplo, podéis dárselo sólo por las noches
cuando va a dormir y para
momentos de estrés o cansancio importantes. Eso sí, es importante que converséis
este cambio con el niño y que le expliquéis que como se está haciendo mayor, va
siendo hora de dejar el chupete.
A menudo es de gran ayuda
pactar una fecha a partir de la cual comenzarán a aplicarse los cambios.
Más adelante, entre los 18 y los 24 meses, máximo a los 2 años y medio, está bien
plantear la retirada definitiva. El niño nunca va a estar preparado,
no lo vais a poder consensuar, ya que la retirada del chupete es una
decisión adulta.
Es importante recordar que hasta los dos años el
chupete no provoca ningún daño, pero si a los tres años el niño no ha
abandonado este hábito, podría afectar su respiración y masticación.
Además de las conocidas malformaciones dentales, también se ha
demostrado que el chupete entorpece la adquisición del lenguaje.
Poner una fecha límite e ir trabajando para conseguir el objetivo es
una buena táctica. Y como en casi todo lo relacionado con la crianza, con más o
menos dificultad y/o noches difíciles todo el mundo lo acaba consiguiendo.
CLAVES PARA QUITAR EL CHUPETE:
No tenemos la clave del éxito pero podemos citar algunas ideas que
ayudan:
- No quitarlo de golpe. Mentalizar
al niño y aseguraros que lo ha entendido. Se puede contar con la ayuda de
los Reyes Magos, Ardilla Pilla, el Ratoncito Pérez, el Hada de los
Chupetes… para que se lleven el chupete.
- No hacerlo coincidir con otros
cambios importantes como quitar el pañal, cambiarle de la cuna a la cama,
cambiarle de habitación, el comienzo de la guarde o el cole o la llegada
de un nuevo hermanito.
- Asegurarse de que contáis con
tiempo y grandes dosis de cariño y paciencia.
- No ceder y volvérselo a dar,
porque perderíais toda la credibilidad y la segunda vez sería mucho más
complicado.
- Reforzar su autoestima:
repetirle que ya no lo necesita, que ya es mayor, que lo está haciendo muy
bien.
- Buscar un sustituto que le dé
seguridad, como un Dou Dou.
SE DEBE EVITAR:
Muchos padres optan por tirar el chupete o por untarle sustancias
amargas. Ten presente que estas estrategias normalmente son contraproducentes,
ya que pueden pueden consolidar aún más la necesidad del chupete. De hecho, a
menudo los niños optan por chuparse el dedo, un hábito que es aún
más difícil de erradicar y que aumenta considerablemente el riesgo de
desarrollar malformaciones dentales.
Hola, dejo por aquí una alternativa por si os interesa. Es un cuento en el que se dice adiós al chupete a través de una historia donde se transmiten valores como la empatía, la superación al apego… http://loscuentosdepanapa.blogspot.com.es/2015/01/el-hada-de-los-chupes.html ¡Suerte!
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